viernes, 20 de enero de 2012

Las torres de luz...


Hartas de que se las ignore cinco torres de iluminación de la autopista Ezeiza-Cañuelas se juntaron en una especie de sesión extraordinaria.
La torre número uno arranco con su parlamento: Estamos cansadas, la vida acá, brillando, iluminando, ¿para que? Ni nos miran, pasan con sus autos distraídos, sin suponer que si no fuera por nosotras esto seria una trampa casi mortal.
La torre número dos interrumpió:__ Sin olvidar el esplendor que damos si nos miran a lo lejos o desde un puente, señalando alegremente el camino de regreso o de partida, iluminando esperanzas en cada recorrido, ni un fotógrafo che, ni uno!
La torre número 5 un poco más calmada acoto: el otro día ví unos chicos que estudiaban cine subidos al puente con una camarita y un…Fué cortada de inmediato. La torre número uno no toleró que mencionen estudiantes como muestra de admiración, creía y lo dejó en claro que venían solo por tarea asignada y que su poca experiencia las hacia ver a ellas, las luminarias perfectas como unas simples lucecitas acomodadas en orden…
Las torres tres y cuatro eran calladas, preferían solo oír y cada tanto asentir o negar con los faroles.
Luego de debatir unos minutos partieron cada una a su lugar con la decisión tomada.
Desde ese entonces se apagan sin previo aviso y vuelven a encender (volviendo locos a los de mantenimiento). Ocasionalmente provocan apagones de varias torres a la vez para asustar a los conductores cuando recorren la autopista de noche. Las más reaccionarias se excusan en días de viento y se dejan caer para generar gastos y problemas varios.
El rumor corrió entre las luminarias de otras autopistas y se ha convertido en un modo cotidiano de reclamo.

Esteban Terranova.

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