jueves, 18 de octubre de 2012

A ver chiquis...



Me mude acá y aquí. Pasen y hagan el registro para que les lleguen los mails con las actualizaciones como hicieron acá. No es que ooooooo pero bueh, así se que allá y allá (?) me están leyendo también  o que por lo menos mis mails llegan y los obliga a borrarlos.

Abrazo.


Esteban.

sábado, 6 de octubre de 2012

¡Me mude!


Ahora me pueden leer por acá. Me puse inquieto y me mude de lugar. Esta lo mismo de siempre y vendra lo mismo de siempre.

Al fin de cuentas, soy yo,  siempre.

domingo, 23 de septiembre de 2012

¡Hacenos un pibe!


John Coltrane: On Green Dolphin Street. 


Hoy sería cumpleaños de este señor. ¡Salud!

jueves, 6 de septiembre de 2012

Serás vino o no serás. 

                                               

lunes, 13 de agosto de 2012

Trenes


El viaje es largo.
Saltan de los vagones.
Un boleto falso, un guarda que no mira.
Y el tren frenando un vez más.

La estación  de siempre, aunque sea otro el destino.
La gente arrastrando valijas vacías.
El sonido de una ciudad lejana retumbando en la sien.

Sacar otro boleto.
Sentarte a esperar nuevamente la partida.

Esteban Terranova.

viernes, 27 de julio de 2012

Carnavales Vascos.



Después de pasarse la palma por el pantalón para limpiarse la mugre de la obra, el Vasco se despidió del arquitecto con un apretón de manos.
—Descansame bien, Vasco, que en veinte días arrancamos con la casa de Colegiales, ¿eh?
—Te veo en veinte días —sobró el Vasco, como si lo dicho por el arquitecto no fuera importante: no le gustaba un carajo que le dijeran qué hacer.
Volvió a su casa con el sueldo, más el premio por haber terminado el dúplex en tiempo y forma. Era viernes, y el barrio andaba alterado: arrancaban los carnavales.
El Vasco se duchó y se mandó al chino a dos cuadras. En la calle chillaban la joda, la música, los pedorros desfiles de murgas. Los pendejos corrían de un lado para otro con sus imbéciles bombuchas y pistolitas de agua.
Compró tres Quilmes Cristal, un pan flauta, un picado grueso y un trozo de queso de máquina. Las picadas eran su lujo, y además no veía la hora de encerrarse de nuevo en la cueva.
Ya en la cocina, cortó el queso y el salame, y rebanó el pan en rodajas grandes. Abrió la birra que notó mas fría.
Sonó el timbre.
Claudia, la colorada de la casa de al lado.
—Hola, Vasco —dijo, y cruzó el umbral sin esperar a que él la invitase—. ¿Vamos a la plaza, que se juntan a bailar y a joder un rato con lo del carnaval?
El Vasco se limpió la espuma con el dorso de la mano. Mientras la colorada se mandaba por el pasillo, no dejó de mirarle el culo. Bien nalguda, la guacha. Él sabía que la minita siempre le había tenido ganas: no podía dejar de notarlo cada vez que se la cruzaba en el barrio.
—Y bueno, vamos —dijo—. Pero después.
—¿Después? —ella sonrió—. ¿Después de qué?
—Después. Ahora llevate a la mesa del fondo un plato y un vaso, que estoy por comer.
El patio olía a las lavandas de la abuela de la colorada, que les llegaba con el viento de verano, pared de por medio. Y también olía a algo más el patio. Olía a una electricidad, un aroma animal que empezaba a juntarlos.
En el momento de abrir la tercera birra, Claudia se estiró por encima de la mesa, lo agarró del cuello y le comió la boca. De puro calentona, volcó una botella con las tetas. Pero a ninguno de los dos le importó.
—Ah, sos guapa —el Vasco la levantó del todo de la silla, tiró de un manotazo los platitos de la picada y la puso de espaldas contra la mesa. Desde arriba le arrancó la musculosa, y ya las piernas de Claudia se enroscaban en la cintura y lo atraían hacia ella.
La tomo de los hombros y la arrodillo mientras de bajaba sus pantalones. Apoyo las manos contra la mesada mientras Claudia se la chupaba.

Después del segundo polvo el Vasco se levanto de la cama y abrió la cerveza que había quedado pendiente.
Claudia insistió tanto que al final encararon para la plaza. Al Salir, el Vasco vio a un pibito sentado en el cordón de la vereda de enfrente. Por las dudas cerro la puerta con las dos llaves (casi nunca lo hacia).
Caminaron 7 cuadras, ella intento tomarle la mano pero el Vasco se hizo el boludo.

La música estaba a todo volumen, cumbia, gritos y más cervezas, muchas más… Las meneadas de Claudia lo ponían tan  loco al Vasco que no podía ni moverse cuando ella se le apoyaba…EL Vasco pensó “A esta me la llevo en un rato a casa y le doy maquina otra vez hasta que me pida por favor que pare”

De reojo vió pasar al pibe que le había llamado la atención en el cordón de su cuadra…Hinchado las pelotas lo encaró.
—Che boludito ¿que me estas siguiendo? Mirá que si queres joder vas a cobrar eh…

El pibe le dio una trompada en la boca, el Vasco cayo arrodillado, no entendía nada. Miro al chico, hizo foco en sus ojos, eran los ojos de Marisa, ERA MAURO…Otra piña, una patada, el vasco mareado (nunca logro saber si por los golpes o por la confusión de ver a su hijo después de tantos años) se arrastró tratando de agarrarse de un caballete que sostenía un tablón donde vendían choripanes.
­­—Esta paliza te la debo viejo hijo de puta, la largaste en banda a la vieja, te cagaste en ella y en mi…hace años te la quiero dar.
Tres patadas mas, el Vasco se desmayo con una ultima imagen de Mauro riendo de bebe…

Esteban Terranova.

miércoles, 13 de junio de 2012

La noche muerta.


Deje de escribir hace rato, solo retoco pavadas, y laburo un poco mas en serio unos relatos que ustedes ya conocen. Bueno quiero seguir subiendo cosas acá. No me leen muchos ni ando midiendo alcances. Es solo un juego, donde me dejo ser un poco. Abrazo.

La noche muerta.
   Un pasado, un presente, recuerdos del agua en los cordones, un carro acartonado chiflándole a unas piernas con celulitis.
   El cielo excitado por el roce de las nubes, un dolor, un viejo indecente, un acuerdo de partes.
   Palermo, un agravio por mañana y a salvo solo por hay de los futuros no tan perfectos.


Esteban Terranova.

PD: No se si ya lo había publicado, se que lo toque un poco, que hace días lo miro y bueh, acá esta. No creo en textos viejos que den verguenza, en todo caso son disforicos (?) de la propia actualidad, pero eso no los hace banales ni faltos de sentimientos.

jueves, 17 de mayo de 2012

Fotos...




La soledad de esta pelota era arrojada contra un cordón, para volver transformada en la fantasía de un gol en la cancha de Racing.

miércoles, 11 de abril de 2012

Foto...


Hoy subo una foto, es probable que suba algunas más. Las palabras están en un camino de trabajo y elaboración por el cual no tendría sentido postearlas acá. En fin, eso, adeus.






Se acuerdan?


viernes, 20 de enero de 2012

Las torres de luz...


Hartas de que se las ignore cinco torres de iluminación de la autopista Ezeiza-Cañuelas se juntaron en una especie de sesión extraordinaria.
La torre número uno arranco con su parlamento: Estamos cansadas, la vida acá, brillando, iluminando, ¿para que? Ni nos miran, pasan con sus autos distraídos, sin suponer que si no fuera por nosotras esto seria una trampa casi mortal.
La torre número dos interrumpió:__ Sin olvidar el esplendor que damos si nos miran a lo lejos o desde un puente, señalando alegremente el camino de regreso o de partida, iluminando esperanzas en cada recorrido, ni un fotógrafo che, ni uno!
La torre número 5 un poco más calmada acoto: el otro día ví unos chicos que estudiaban cine subidos al puente con una camarita y un…Fué cortada de inmediato. La torre número uno no toleró que mencionen estudiantes como muestra de admiración, creía y lo dejó en claro que venían solo por tarea asignada y que su poca experiencia las hacia ver a ellas, las luminarias perfectas como unas simples lucecitas acomodadas en orden…
Las torres tres y cuatro eran calladas, preferían solo oír y cada tanto asentir o negar con los faroles.
Luego de debatir unos minutos partieron cada una a su lugar con la decisión tomada.
Desde ese entonces se apagan sin previo aviso y vuelven a encender (volviendo locos a los de mantenimiento). Ocasionalmente provocan apagones de varias torres a la vez para asustar a los conductores cuando recorren la autopista de noche. Las más reaccionarias se excusan en días de viento y se dejan caer para generar gastos y problemas varios.
El rumor corrió entre las luminarias de otras autopistas y se ha convertido en un modo cotidiano de reclamo.

Esteban Terranova.

jueves, 12 de enero de 2012

Las Ciudades



Sabrán ustedes disculpar que hoy no les traje al Vasco, pero algunas veces se filtran cosas, acá una, sin siquiera pensarla.

Las Ciudades

Hay horas en que las ciudades se disfrazan de otras ciudades y así juegan a confundir a sus transeúntes. Una vez al año en la reunión de ciudades luego de discutir de banalidades y debatir superioridades materiales comienzan a contar las bromas que han armado en los atardeceres con sus visitantes.
Las ciudades son primas, las hay primas hermanas y primas segundas. Se comenta por lo bajo que algunas de ellas han tenido romances llevados a cabo por algún que otro humano usado de instrumento sexual.
No hablo acá de la “vida en la ciudad” si no de la ciudad viva.
Hay ciudades picaras y muchas. Estas por ejemplo te cambian los nombres de las calles en las madrugadas de lluvia.
Están también esas ciudades mas solemnes que tratan de dar el ejemplo de cómo ser una gran ciudad pero nunca lo logran. Su único merito es la insistencia y la actuación que realizan para que así muchos les crean.
Las ciudades abrigan palomas y otros seres. Los detestan a todos pero no esta bien visto en la comunidad de las ciudades quejarse de dichas cuestiones, salvo de las ratas, esos bichos despreciables que al ser vistos provocan en el habitante un enojo con “su” ciudad…Por eso las ciudades las odian.

Solo se que las ciudades seguirán apareciendo por mi blog, se me metieron en un cuaderno y dudo que sea yo quien pueda hacerlas salir...así que las dejare que SEAN.

Esteban Terranova.

miércoles, 4 de enero de 2012

Ciruja


Abrió la puerta y se sentó en el patio. Era un patio chico, solo un macetero con unos malvones, apenas sobrevivientes a la falta de riego. Baldosas de otra década y una pared alta marcada por el descuido.
El Vasco agarro la cerveza y tomó del pico.
Se quedo un rato mirando las estrellas y pensó en los ojos de Marisa. “Seguro que Mauro saco sus ojos, era linda la negra”
Era raro, no solía sentarse a pensar, no le gustaba pensar, en realidad no le gustaba lo que pensaba cuando lo hacia. De pronto se imagino el patio lleno de guirnaldas, una piñata en el centro, Mauro corriendo contento, la torta en una mesa, los amigos brindando, Marisa con una bandeja llena de empanadas corriendo de un lado al otro.
Un ruido violento lo saco de esas imágenes. Camino por el pasillo hasta la puerta de calle.
Vio un ciruja caído, rodeado de bolsas, latas, botellas…
El Vasco abrió y se acercó.
_Che, che, levántate…
No hubo respuesta, solo una respiración lenta y una mirada perdida.
Lo levanto.
Pensó en meterlo en la casa, despabilarlo, hacer que se bañe, darle algo de comer. Bien podría ser él el que estaba caído en esa vereda. Imagino una familia perdida, un amigo traidor... La lista de motivos para que ese ciruja fuera quien era y la corta distancia entre ellos dos lo asusto.
Lo soltó dejándolo caer otra vez en la vereda.
“Andate a la puta que te pario” pensó.
Entró, le pegó otro sorbo a la cerveza y se fue la cama.
Le quedaban 5 hs para volver a la obra.
Esteban Terranova.