martes, 26 de julio de 2011

Desvelo

DESVELO


La mano buscando el atado de puchos en la oscuridad, la música suave que llega de la casa vecina, una noche más, tan solo eso, una noche.


Recorrió el día con un pantallazo rápido, sutil, casi sin prestar atención a sus propios recuerdos.

La vereda llena de hojas mojadas por la lluvia quedaba lejos, casi a 3 días de esos recuerdos.


Una botella que ya no estaba le robó una sonrisa.


Buscó en un cajón el cordón con agua donde se balanceaba aquel barquito de papel, pero no lo encontró.

Ser chico otra vez, poder ver chocar un avioncito, reír, reír mucho, por lo menos por última vez.


Un cigarrillo más venenoso que lo habitual le hizo fruncir la jeta. Miró por la ventana una vez más.

Apago el pucho con bronca, como si en el cenicero estuviera escondido el culpable.


Volvió a la cama, beso a la que hoy le robaba sonrisas. Por suerte la soledad ahora le duraba solo algunos instantes.



Bestiario.

4 comentarios:

Cappe dijo...

Esos desvelos son como un suspiro largo, un paréntesis a veces molesto. Lo bello es el párrafo que contuvo ese tu desvelo. Abrazo

El Edu dijo...

Un desvelo que deja ver. Porque no hay velo. Saludable es.

kuke dijo...

excelente el comentario de "El Edu" mi iea iba por ahi, pero no podré expresarla mejor... dan ganas de seguir leyéndo, me quedo, si no es molestia.

Mar dijo...

Era inevitable que viniera acá.
Vine buscando Buenos Aires y, por esas cosas que uno no logra exlpicar, me encontré con unos barquitos de mi infancia.
Y apagué el cigarrillo.

Hay misterios que es mejor no resolver.

Un beso,

Mar.